Ingredientes para 4 personas:
4 caballas medianas
rebosando frescura
8 ó 10 dientes de ajo
1 guindilla de las grandes (opcional)
1 manojo de perejil
fresco
½ copa de vino fino
Aceite de oliva
Pimienta negra molida
Sal
Preparación:
Limpiamos las
caballas, retirándoles las tripas y la cabeza (yo no les quito la espina para
no destrozarlas mucho) y las abrimos por la mitad, dejándolas pegadas por un
lado para que queden como un libro abierto (si no sabemos hacerlo bien, mejor le
decimos al pescadero que nos las prepare).
Enjuagamos
bajo el chorro de agua fría,
secamos con papel de cocina
y ponemos en la bandeja del horno
previamente engrasada con unas gotas de aceite.
Salpimentamos
y rociamos con el vino y unas gotas de aceite.
Introducimos
la bandeja en el horno precalentado y cocemos durante unos 15 ó 20 minutos a
180º C.
Mientras tanto
pelamos y laminamos los ajos y las guindillas y los ponemos al fuego en una sartén
con medio vaso de aceite, cuando estén dorados los ajos apartamos del fuego y,
con cuidado de las salpicaduras, añadimos
parte del jugo que haya soltado el pescado, volvemos a poner en la lumbre y dejamos
que hierva unos segundos, añadimos el perejil picado, rociamos este refrito
sobre las caballas y servimos antes de que se enfríen acompañadas de una
ensalada verde o un aliño de tomates.
NOTA.- La caballa (Scomber scombrus) también
llamada sarda o verdel, es un pescado azul que pertenece a la familia de los
Escómbridos, como el atún y el bonito.Es muy popular en toda la costa atlántica.
Se encuadra
dentro del grupo de los pescados azules debido a su contenido graso, en
concreto, 100 gramos de este pescado aportan 10 gramos de grasa. Sin embargo, su
grasa, al igual que la de los demás pescados azules, es rica en ácidos grasos
omega-3 que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y de
triglicéridos en sangre y a hacer la sangre más fluida, lo que disminuye el
riesgo de formación de coágulos o trombos y por tanto de sufrir enfermedades del
corazón y de los vasos sanguíneos. Además, la carne de la caballa supone una
buena fuente de proteínas de alto valor biológico y contiene diferentes
vitaminas y minerales. Entre las vitaminas se encuentran las del grupo B como
la vitamina B1, B2, B3, B6 y B12...
También posee vitaminas liposolubles como A, D y E,
que se acumulan en sus vísceras (hígado, principalmente) y en el músculo. La
vitamina D favorece la absorción de calcio, su fijación al hueso y regula el
nivel de calcio en la sangre; la vitamina A contribuye al mantenimiento,
crecimiento y reparación de las mucosas, piel y otros tejidos del cuerpo.
Además potencia la resistencia frente a las infecciones y es necesaria para el
desarrollo del sistema nervioso y para la visión nocturna. Interviene en el
crecimiento óseo y participa en la producción de enzimas en el hígado y de
hormonas sexuales y suprarrenales. Entre las funciones de la E destaca su acción
antioxidante, es decir, constituye un factor protector frente a ciertas
enfermedades degenerativas, enfermedades cardiovasculares y cáncer.
En cuanto al
contenido en minerales de la caballa, destaca la presencia de potasio, fósforo,
magnesio, yodo, además de hierro, aunque éste último en cantidad inferior
comparado con las carnes. Todos los elementos minerales desempeñan interesantes
funciones en el organismo. El potasio es un mineral necesario para el sistema
nervioso y la actividad muscular e interviene en el equilibrio de agua dentro y
fuera de la célula. Por otro lado, el fósforo está presente en los huesos y
dientes. También interviene en el sistema nervioso y en la actividad muscular y
participa en procesos de obtención de energía. El magnesio se relaciona con el
funcionamiento del intestino, los nervios y los músculos, además de formar
parte de huesos y dientes. Mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
El hierro es necesario para la formación de hemoglobina, proteína que
transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células. Además, un aporte
adecuado previene la anemia ferropénica. El yodo es un mineral indispensable
para el buen funcionamiento de la glándula tiroidea que regula numerosas
funciones metabólicas, el crecimiento del feto y el desarrollo de su cerebro.
El único inconveniente
de la caballa es su contenido en purinas, que en el organismo se transforman en
ácido úrico, por lo que no se aconseja en caso de hiperuricemia o gota.
En relación
con el resto de pescados frescos, la caballa posee un contenido en sodio
elevado (130 miligramos por 100 gramos). Sin embargo, si se compara con otros
alimentos ricos en este mineral como los quesos (500-1.000 miligramos por 100
gramos) o las propias conservas de pescado (500-800 miligramos por 100 gramos),
se observa que la cantidad de sodio presente en la caballa no es tan relevante.
Pese a todo, el contenido en sodio aumenta a 420 miligramos por 100 gramos si
se trata de caballa en conserva, por lo que habrá que moderar su consumo, en
especial en caso de hipertensión arterial u otros trastornos que cursen con
retención de líquidos.
Composición por 100 gramos:
|
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Calorías
|
153
|
|
Proteínas (g)
|
15
|
|
Grasas (g)
|
10
|
|
Hierro (mg)
|
1
|
|
Magnesio (mg)
|
31
|
|
Sodio (mg)
|
130
|
|
Potasio (mg)
|
360
|
|
Fósforo (mg)
|
244
|
|
Yodo (mg)
|
10
|
|
B1 o tiamina (mg)
|
0,09
|
|
B2 o riboflavina (mg)
|
0,3
|
|
B3 o niacina (mg)
|
9
|
|
B6 o piridoxina (mcg)
|
0,7
|
|
B12 o cianocobalamina (mcg)
|
10
|
|
Vitamina A (mcg)
|
36
|
|
Vitmamina D (mcg)
|
16
|
|
Vitmamina E (mg)
|
1,25
|
|
mcg = microgramos
|
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Su temporada
de pesca abarca de los meses de Febrero a Mayo por lo que estamos en un período
óptimo para su consumo, y, además, su precio es muy asequible.
Una forma natura y sana de tomarla!!!
ResponderEliminarBesinos
Me gusta, te quedo lujo ..........un bico
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