Ingredientes para 4 personas:
600 gr. de solomillo de
cerdo
(2 piezas de aproximadamente 300 gr. cada una)
150 gr. de jamón ibérico
en lonchas
2 huevos cocidos
4 ciruelas pasas sin
hueso
Pimienta negra molida
Aceite de oliva
Sal
Para empanar:
Harina
Huevo
Pan rallado
En primer
lugar lavamos los solomillos y, con ayuda de un cuchillo bien afilado, quitamos
la grasa exterior que puedan traer, aunque no es necesario quitarla toda.
Cortamos los
solomillos por la mitad a lo largo para hacer las 4 raciones, de manera que nos
quedarán raciones de 150/200 gr. cada una.
Cada ración,
la cortamos a su vez por la mitad a lo largo pero sin llegar al final para
poder abrir la pieza como un libro.
Como así nos
quedaría el solomillo demasiado gordo para rellenarlo, volvemos a cortarlo,
para lo cual, abrimos “el libro” y cortamos ahora desde el centro (o sea, desde
donde arrancarían las “páginas”) hacia cada uno de los lados, primero hacia la
izquierda sin llegar hasta el fondo, y después hacia la derecha del mismo modo,
para así sacar “otra página” que al desplegarse nos doble la superficie del
solomillo y quede lo suficientemente fino y ensanchado para poder después rellenarlo
sin dificultad.
Si no habéis
entendido la explicación, como una imagen vale más que mil palabras, podéis ver
como lo hace una auténtica especialista en este enlace: http://www.youtube.com/watch?v=yNNUgEdSWKc
De todos modos
si no tenéis un buen cuchillo para cortar la carne -ya que debe estar muy bien
afilado- lo mejor es que le pidáis al carnicero que os la corte para rellenar y listo.
Cuando tengamos
los 4 solomillos abiertos ya podemos empezar a rellenarlos para lo cual los
aplastamos un poco con una maza de madera o con el rodillo de amasar (solo un
poco, porque no se trata de estirarlos más, sino de que nos queden uniformes),
forramos con una generosa capa de jamón partido en finas lonchas no exentas de
algún cachito de tocino -que después se deshará al cocinarlo y le dará más
sabor a la carne- colocamos encima los huevos cocidos cortados igualmente en rodajas
y cubrimos con unas ciruelas partidas por la mitad.
Cerramos cada
uno de estos “libros”, los salpimentamos, comprimimos y redondeamos un poco con
las manos y, sin necesidad de atarlos ni pincharlos, los pasamos por harina,
huevo batido y pan rallado (por este orden y cuidando que no se nos abran) y
los freímos en abundante aceite que debe estar en principio bien caliente, para
que sellen los bordes y no se abran, pero inmediatamente lo bajaremos a una
temperatura media/media alta para que se
hagan por dentro sin quemarse por fuera. Les damos
varias vueltas para que se frían uniformemente. Podemos
comprobar si están ya hechos pinchándolo con una brocheta de pinchitos y si
vemos que no sale ningún caldito es que ya están listos.
Una vez están bien fritos, sacamos,
escurrimos sobre papel de cocina y servimos antes de que se enfríen
acompañados de una ensalada verde o unas patatitas fritas.
NOTA: También podríamos asar la carne ya rellena en el horno o guisarla en cazuela –con lo que tendría bastantes menos calorías- pero entonces sí tendríamos que atarlo y
ponerle algún tipo de salsa.
Que apetecible esta receta, lo mas pesado es hacer los cortes.
ResponderEliminarBesinos
Pero no es difícil, solo es cuestión de practicar y tener un buen cuchillo bien afilado, lo demás es bien sencillo. Me alegro de que te guste, besos.
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