Ingredientes:
Por cada huevo:
3 cucharadas soperas
de azúcar y un vaso de leche.
Cáscara de limón.
Azúcar para
caramelizar el molde.
Para acompañar: nata
montada y fresas
Elaboración:
Precalentamos
el horno a 180º con fuego por abajo.
Ponemos la leche
y la corteza de limón en una cazuela al fuego y le damos un hervor para que se
aromatice. Apartamos la leche del fuego y
dejamos templar.
Batimos enérgicamente
los huevos con el azúcar hasta que quede una mezcla espumosa y agregamos
después poco a poco la leche tibia aromatizada. Removemos hasta obtener una mezcla
homogénea, colamos y reservamos.
Aparte
preparamos un caramelo poniendo en una cazuelita ocho cucharadas de azúcar
(para cuatro flanes, aumentando o disminuyendo 2 cucharadas por cada flan),
ponemos al fuego y calentamos moderadamente, después de 5 minutos, veremos que
el azúcar comienza a formar grumitos y a dorarse, tras otros 5 minutos el
azúcar empezará a derretirse, por lo que no podemos parar de removerla para que
no se queme hasta que se funda completamente y adquiera un color marrón oscuro.
Rápidamente
y con cuidado de no quemarnos, repartimos el caramelo en los moldes, los
movemos para que se extienda bien por toda la base y los lados, esperamos un
par de minutos para dejar que se endurezca y rellenamos ¾ partes de cada molde o
flanera con la mezcla de huevos y leche.
Metemos los
moldes tapados en el horno y cocemos al “baño maría” en una bandeja alta cuya
base se habrá recubierto con un papel de aluminio doblado para evitar que el
fondo de los moldes entre en contacto directo con el recipiente caliente.
Horneamos con
el fuego por abajo a 150º-180º C durante unos 30 a 45 minutos aproximadamente,
según el tamaño de los moldes, vigilando que nunca llegue a hervir el agua (en ese caso, bajamos el fuego).
En caso de
consumirse el agua durante la cocción, añadimos más agua caliente para
conservar el nivel un poco por encima de la mitad del molde.
Comprobamos si
están en su punto pinchándolos con una aguja o brocheta, si sale limpia, ya están listos.
Dejamos
enfriar los flanes a temperatura ambiente en el mismo ‘baño maría’, fuera del
horno, y después los metemos en la nevera tapados con papel film, durante al
menos 3 horas antes de servir (yo los dejo toda la noche).
Para
presentar, pasamos la punta de un
cuchillo bien afilado por el contorno interior de los moldes, para que se
despeguen fácilmente, desmoldamos en un plato o fuente y servimos acompañados,
por ejemplo, de unas fresas y un poco de nata montada, aunque admiten otros
muchos acompañamientos (chocolate, merengue, helado, dulce de leche…)
Me gustan los flanes mucho y estés quedaron de lujo...........un bico
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