Ingredientes:
1
kg. de panceta de cerdo fresca (sin ahumar)
½
kg. de pella de cerdo ibérico
1
cabeza de ajos
Orégano
Tomillo
(opcional)
Laurel
Agua
Sal
Elaboración:
Lavamos y
cortamos la panceta en tacos no demasiado pequeños -de unos 4 ó 5 centímetros-
ya que al cocinarse pierden la grasa y reducen mucho. Colocamos los
trozos en un cuenco grande. Machacamos 3 ó 4 dientes de ajo y aliñamos con
ellos la carne, añadimos especias al gusto (laurel, orégano y tomillo) salamos
y dejamos en la nevera tapados con papel film toda la noche para que tomen el
sabor de los condimentos.
Al día
siguiente ponemos la pella partida en trozos pequeños a derretir en una olla amplia y alta, con medio vaso de
agua para que se funda sin llegar a quemarse.
Cuando se haya
fundido toda la pella, lo que nos llevará de 15 a 20 minutos de cocción a fuego
medio, ponemos aproximadamente la misma de cantidad de agua, con cuidado de no
quemarnos, e incorporamos la panceta, tapamos la cazuela y cocinamos a fuego
lento durante 1 hora aproximadamente para que se ablande un poco la carne,
mientras se va evaporando el agua.
Cuando se
evapore todo el agua (lo notaremos porque la olla empezará a sonar a fritura) y
los trozos de panceta empiecen a dorarse en la grasa, veremos que ésta tiende a pegarse en el fondo, por lo que la pasamos a una sartén de fondo grueso y desehecahos así lo que se haya pegado, y freímos los chicharrones con el resto de los dientes de ajo cascados, ponemos a punto de sal y removemos con una espumadera hasta que estén dorados a nuestro gusto.
Cuanto más
tiempo los friamos, más tostados y crujientes quedarán pero no conviene pasarse
porque podrían terminar duros e incomestibles.
Cuando
alcancen el punto que más nos guste, los sacamos a un colador puesto sobre un cazo para recoger la grasa derretida,
y dejamos que escurran bien.
Servimos
templados o fríos como aperitivo con un vaso de vino tinto, si es invierno, o
una cerveza bien fresquita si es verano.
NOTA.- Lo ideal
es hacer los chicharrones con pella, que es grasa de cerdo (de venta en
carnicerías) pero si no la encontramos, podemos sustituirla por manteca de
cerdo.
La grasa
resultante de la pella donde hemos frito los chicharrones, la ponemos en un
recipiente de barro o cristal y dejamos que se enfríe, con lo que tendremos una
manteca blanca o colorá (si le añadimos pimentón) espectacular para tomar en el
desayuno untada en una tostada, para conservar alimentos o para cocinar.
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