Ingredientes para 4 personas:
1 lámina de masa de holadre congelada (125
gr.)
2 cebollas
200 gr. de champiñones laminados
200 ml. de nata para cocinar
½ copa de vino fino
50 gr. de queso de rulo de cabra
Un poco de aceite de
girasol
1 nuez de mantequilla
Pimienta negra molida
Sal
Elaboración:
Sacamos la
masa de hojaldre del congelador una hora antes de usarla. Precalentamos el
horno a 180º. Engrasamos un molde (de los desmontables) con la mantequilla, y
lo cubrimos con la lámina de hojaldre, ajustándolo bien al molde y dejando un
borde de 1 ó 2 centímetros de altura para que no se nos escape el relleno,
recortamos el sobrante con ayuda de un cuchillo. Pinchamos la base y los bordes
con un tenedor, varias veces, para que durante el horneado no se infle y quede
irregular.
Protegemos la
masa con papel de hornear y cubrimos con un peso (puede ser un plato de loza o
un buen puñado de garbanzos). Horneamos unos 15-20 minutos con calor por arriba
y por abajo. Transcurrido este tiempo, sacamos el molde, quitamos el peso y
dejamos enfriar.
Mientras tanto
preparamos el relleno. Pelamos y picamos la cebolla en juliana fina y la
ponemos a pochar en una cazuela a fuego vivo al principio, reduciéndolo después
para que se haga lentamente.
Limpiamos los
champiñones retirando la parte baja del tallo y los posibles restos de tierra,
los picamos y los añadimos a la cazuela cuando la cebolla esté transparente.
Salpimentamos, removemos para mezclar bien el conjunto y mojamos con el vino,
seguimos cocinando hasta que se evapore el alcohol e incorporamos la nata,
cocinamos unos minutos más sin dejar de remover con una cuchara de madera hasta
que reduzca a nuestro gusto.
Vertemos
el relleno sobre la base de hojaldre, colocamos encima unas láminas de rulo de
cabra, gratinamos 10-12 minutos para que se funda el queso y el quiche adquiera
un bonito tono dorado.
Servimos antes de que se enfríe acompañado de una
ensalada verde.
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