Ingredientes para 4 personas:
½ kg. de merluza
limpia (pueden usarse restos de pescado
cocido o frito)
cocido o frito)
½ kg. de gambas
arroceras
1 puñadito de
guisantes
1 cebolla
3 dientes de ajo
1 huevo
1 trocito de pan
mojado en leche
1 cucharada de pan
rallado
1 copa de manzanilla
de Sanlucar
1 cucharadita de
Maicena
Harina para rebozar
1 manojo de perejil
Pimienta negra molida
Unas hebras de
azafrán o colorante amarillo
Agua
Aceite de girasol
para freír
Aceite de oliva para
la salsa
Sal
Elaboración:
En
primer lugar pelamos las gambas, apartamos unas cuantas para la salsa y el
resto las picamos y reservamos. Ponemos las cabezas y las cáscaras en una
cazuela con agua y sal y las cocemos unos minutos. Colamos y reservamos el
caldo.
Por otra parte
desmenuzamos el pescado quitándole todas las espinas y la piel -si estuviera
ya cocinado- o lo picamos a cuchillo si fuera fresco (nunca los trituraremos
porque nos quedaría una pasta) lo ponemos en un cuenco e incorporamos las
gambas, el trocito de pan mojado en leche, una cucharada de pan rallado, un
diente de ajo, un ramillete de perejil y media cebolla, picado todo muy fino,
un poco de sal, un poco de pimienta y el
huevo. Mezclamos muy bien y si la masa no estuviera suficientemente consistente
le añadimos otro poco de pan rallado, pero no mucho para que nos queden ligeras.
Formamos las
albóndigas, las pasamos por harina y las freímos en abundante aceite caliente
(yo las he frito en la freidora). Sacamos, escurrimos y colocamos en un plato
con papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
Para hacer la
salsa picamos finamente el ajo restante y la otra mitad de la cebolla y los
pochamos en una cazuela con tres cucharadas de aceite de oliva, rehogamos, y
cuando la cebolla empiece a ponerse transparente, incorporamos los guisantes,
una pizca de azafrán o colorante, un poco de perejil picado y un vaso de manzanilla de Sanlucar, dejamos
que se evapore el alcohol y añadimos un vaso o dos del caldo de hervir las
gambas (ojo que ya lleva sal) cocemos a fuego suave unos minutos para que se pongan
tiernos los guisantes, añadimos más caldo si fuera necesario y un poco de
maicena (poca) diluida en agua para ligar la salsa, revolvemos bien con nuestra
cuchara de palo y cuando la salsa esté a nuestro gusto (más o menos espesa)
introducimos las albóndigas y cocinamos otros cuatro o cinco minutos a fuego
muy lento para que se fundan bien los sabores, moviendo continuamente la
cazuela para evitar que se peguen. Si la salsa estuviera muy espesa o hubiera
quedado escasa, se puede añadir un poco de agua y algo más de vino. En el
último momento incorporamos las gambas, cocemos unos minutos más y servimos las albóndigas acompañadas de patatas fritas, arroz blanco o
verduras a la plancha.
Ricas, ricas!!
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