Ingredientes para 4 personas:
1,200 gr. de tubos de calamar limpio (8 piezas de 150 gr. aprox.)
Para el relleno:
2 Huevos duros
2 cebollas
2 dientes de ajo
200 grs. de jamón serrano picado
Perejil picado
1 chorrito de vino oloroso
Aceite de oliva
Pimienta negra molida
Sal
Para la salsa:
2 cebollas
2 dientes de ajo
1 vaso de vino oloroso
1 hoja de laurel pequeña
1 pizca de azafrán o colorante alimentario
Pimienta negra molida
Aceite de oliva
Sal
Elaboración:
En primer lugar preparamos el relleno: pelamos y picamos dos cebollas y dos dientes de ajo lo más finamente posible y los ponemos a pochar en una sartén amplia con tres cucharadas de aceite de oliva.
Cuando estén bien sofritos, añadimos la mitad del jamón y un par de cucharadas de perejil, removemos, mojamos con un chorrito de vino y sofreímos unos minutos más, cuando se haya reducido el vino, apartamos la sartén del fuego y añadimos el resto del jamón y los huevos duros bien picados. Removemos y dejamos enfriar.
Mientras tanto preparamos los calamares que, como vienen ya limpios (sin patitas, piel ni vísceras) nos limitamos a lavar bajo el grifo con agua fría y a darles la vuelta con cuidado de no romperlos (es un poco pesado pero así se cerrarán solos al cocinarlos, aunque si vemos que no podemos darles la vuelta por lo que sea, no hay problema, los cerraremos con un palillo). Secamos bien con papel de cocina y reservamos.
A continuación preparamos el sofrito para la salsa: pelamos y picamos dos cebollas en juliana fina y otros dos dientes de ajo en láminas y los sofreímos en una cazuela amplia (ya que después cocinaremos en ella los calamares) salpimentamos y cuando estén bien pochados, apartamos del fuego y reservamos.
Rellenamos los calamares con ayuda de una cucharilla, dejando algo de espacio para que no revienten al hacerse (porque encojen mucho). Si les hemos dado la vuelta no necesitamos palillos para cerrarlos porque al cocerse de cerrarán solos, si no, los cerramos con un palillo y los incorporamos a la cazuela, sofreímos ligeramente, salpimentamos y añadimos la hoja de laurel, una pizca de azafrán (o condimento amarillo) y el vaso de vino (no necesitan agua porque los calamares ya sueltan la suya)
Dejamos hervir a fuego lento de 30 a 45 minutos, dando vueltas de vez en cuando para que no se peguen, hasta que estén tiernos y la salsa reduzca y quede espesita. Los calamares deben quedar completamente caramelizados en la salsa.
Los servimos bien calientes acompañados de patatas fritas o arroz blanco.
En primer lugar preparamos el relleno: pelamos y picamos dos cebollas y dos dientes de ajo lo más finamente posible y los ponemos a pochar en una sartén amplia con tres cucharadas de aceite de oliva.
Cuando estén bien sofritos, añadimos la mitad del jamón y un par de cucharadas de perejil, removemos, mojamos con un chorrito de vino y sofreímos unos minutos más, cuando se haya reducido el vino, apartamos la sartén del fuego y añadimos el resto del jamón y los huevos duros bien picados. Removemos y dejamos enfriar.
Mientras tanto preparamos los calamares que, como vienen ya limpios (sin patitas, piel ni vísceras) nos limitamos a lavar bajo el grifo con agua fría y a darles la vuelta con cuidado de no romperlos (es un poco pesado pero así se cerrarán solos al cocinarlos, aunque si vemos que no podemos darles la vuelta por lo que sea, no hay problema, los cerraremos con un palillo). Secamos bien con papel de cocina y reservamos.
A continuación preparamos el sofrito para la salsa: pelamos y picamos dos cebollas en juliana fina y otros dos dientes de ajo en láminas y los sofreímos en una cazuela amplia (ya que después cocinaremos en ella los calamares) salpimentamos y cuando estén bien pochados, apartamos del fuego y reservamos.
Rellenamos los calamares con ayuda de una cucharilla, dejando algo de espacio para que no revienten al hacerse (porque encojen mucho). Si les hemos dado la vuelta no necesitamos palillos para cerrarlos porque al cocerse de cerrarán solos, si no, los cerramos con un palillo y los incorporamos a la cazuela, sofreímos ligeramente, salpimentamos y añadimos la hoja de laurel, una pizca de azafrán (o condimento amarillo) y el vaso de vino (no necesitan agua porque los calamares ya sueltan la suya)
Dejamos hervir a fuego lento de 30 a 45 minutos, dando vueltas de vez en cuando para que no se peguen, hasta que estén tiernos y la salsa reduzca y quede espesita. Los calamares deben quedar completamente caramelizados en la salsa.
Los servimos bien calientes acompañados de patatas fritas o arroz blanco.
NOTA.- También se pueden dejar enfriar y cortarlos en rodajas con un cuchillo muy afilado para servir como aperitivo con la salsa aparte.
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